Imagina que llevas meses desempleado. Los programas de beneficios del gobierno lo han ayudado a cubrir sus gastos, pero apenas se las arregla. Finalmente, recibe un cheque de pago, pero hay una trampa. Su nuevo trabajo paga lo suficiente como para descalificarlo de los programas de beneficios, pero no lo suficiente para cubrir sus costos. Entonces, ¿cómo diseñamos programas de beneficios que no lo penalicen por trabajar? Ann-Helén Bay investiga. [Dirigida por Avi Ofer, narrada por Christina Greer, música de Salil Bhayani, cAMP Studio].