Más Money | 25/09/25, 9:26 a.m.
Cuando empezás a ganar tu propio dinero y asumís responsabilidades como pagar cuentas, sostener gastos o ayudar en casa, administrar bien tus finanzas se vuelve fundamental. No hace falta ser un experto en economía: con pequeños cambios y constancia podés avanzar mucho más rápido de lo que imaginás. Estos tres pasos son simples, prácticos y marcan la diferencia en tu salud financiera.
1. Reducí tus deudas más caras
Las deudas con intereses altos son como un balde con agujeros: por más que pongas dinero, siempre se escapa. Por eso, el primer paso es enfrentarlas.
Cómo empezar:
Ejemplo:
Si tenés una deuda de ₲2.000.000 al 20 % y otra de ₲5.000.000 al 15 %, lo más inteligente es destinar tu dinero extra a la primera. Así ahorrás más en intereses.
👉 Consejo extra: si conseguís un préstamo con intereses más bajos para unificar deudas, puede ayudarte. Eso sí, revisá bien que no tenga costos escondidos ni plazos que al final te hagan pagar más.
2. Construí tu fondo de emergencia
La vida siempre trae imprevistos: una reparación del auto, una consulta médica, una computadora que se rompe justo cuando más la necesitás. Si no tenés un fondo de emergencia, esos momentos suelen obligarte a endeudarte otra vez.
Cómo hacerlo:
Mini-caso real:
María decidió guardar ₲200.000 cada mes. En cuatro meses juntó ₲800.000 y, cuando tuvo que pagar ₲700.000 por una reparación del auto, no se preocupó ni se endeudó. Su fondo la salvó.
3. Invertí de manera responsable y diversificada
Ahorrar está bien, pero si querés que tu dinero crezca tenés que ponerlo a trabajar. La inversión no tiene por qué ser complicada: se trata de empezar con poco y aprender en el camino.
Cómo hacerlo:
Checklist de acción
Para que no quede solo en teoría, acá tenés una guía rápida:
Transformar tus finanzas no es cuestión de suerte, sino de hábitos. Al reducir tus deudas más costosas, tener un colchón de emergencia y empezar a invertir de forma diversificada, vas a ganar tranquilidad y seguridad para el futuro.
No intentes hacerlo todo en un día: empezá por un paso —por ejemplo, anotar tus deudas o programar tu primer ahorro automático— y construí sobre eso. Con disciplina y constancia, tu dinero va a empezar a trabajar para vos, y vas a sentir la diferencia en tu día a día.