Más Money | 24/02/21, 10:18 a.m.
Es importante saber cómo y en qué gastamos nuestro dinero, y poder tomar acciones para poder controlarlo. Cada vez que escuchamos la famosa frase “ya no sé ni en qué se gasto mi dinero” tenemos que ponernos a pensar, que si no sabemos cómo lo estamos gastando, eso nos impide hacer algo para dirigirlo hacia las cosas que más nos importan
Es importante saber cómo y en qué gastamos nuestro dinero. Esto nos permite entender, entre otras cosas, nuestros hábitos de consumo, a cada gasto le debemos asignar una categoría que refleje nuestra propia realidad, para poder así obtener información de calidad.
Esto lo podemos hacer en una agenda, una hoja de cálculo o una aplicación. Hay muchísimas opciones y debemos encontrar la que más nos acomode. Pero no debemos perder de vista que la idea es poder explotar esa información.
Recordemos también que hoy en día hay muchos gastos que se cargan directo a nuestra tarjeta de crédito, como el plan telefónico, los servicios de internet, las compras dentro de aplicaciones, entre otros. Vale la pena revisar, , estos cargos para poder tener un panorama completo. No lo debemos olvidar.
A partir del registro de gastos y del panorama completo que éste nos puede brindar, podemos entonces hacer un presupuesto o, mejor dicho, un plan de gastos. Esto implica simplemente sentarnos cada vez que recibimos un ingreso, nos sentamos a pensar en cómo vamos a gastar. Esto significa decirle nosotros, a nuestro dinero, qué es lo que debe hacer.
¿Por qué hacerlo cada vez que recibimos un ingreso y no por semana o mes?
Simplemente porque es dinero que todavía no tenemos (y que podríamos, eventualmente, no recibir). Por otro lado, un ingreso parcial nos da la sensación de escasez: hay demasiadas cosas en las que queremos gastar, pero no nos alcanza para todo. Eso nos obliga también a priorizar, a destinarlo primero a las cosas que son importantes o que necesitamos hacer, y luego a todo lo demás.
Desde luego, también tenemos que supervisar que nuestras órdenes se cumplan, es decir, que nuestro dinero haga lo que le pedimos que hiciera, de acuerdo con nuestro plan. Eso implica registrar los gastos que efectuamos, para ver cuánto hemos gastado en esa categoría y cuánto tenemos disponible.
En este sentido, el plan de gastos es una herramienta para la toma de decisiones. Antes de efectuar una compra, tenemos que ver, precisamente, cuánto dinero tenemos disponible para gastar en esa categoría.
Ahora bien, si no nos está alcanzando, tenemos que ajustar nuestro plan. Un presupuesto no está escrito en piedra, porque la vida nunca pasa exactamente como la habíamos planeado. Siempre hay imprevistos. Por ejemplo, podemos recibir una visita inesperada de un familiar lejano, o de un amigo, y eso necesariamente implicará modificar la manera en que habíamos planeado gastar nuestro dinero.
Fuente: Revista la economista